Un año más llega uno de los eventos musicales más importantes de nuestra región. Organizado por el Gobierno de Canarias, el Ilustre Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Festival de Música de Canarias, podemos disfrutar de una serie de conciertos, de la llamada música culta, que no deja nunca indiferente a nadie por la transcendencia de las orquestas y solistas que acuden a su llamada cada año.
Ya en la edición anterior pudimos disfrutar de directores de la talla de Zubin Metha o el venozalano Gustavo Dudamel, importado de las escuelas de música venezolanas de Jose Antonio Abreu, como grandes estrellas, entre otros, así como La London Philarmonic Orchestra, Göteborgs Symphoniker o las grandes y no menos importantes orquestas de nuestras provincias.
Este año 2011 no podía ser menos, estreno con La Orquesta Filarmónica Nacional de Rusia, conducida por el vivaz director Vladimir Spivakov, los días 7, 8, 9 y 10 siendo dos conciertos, duplicándose a causa del bi-provincialismo. Pero hay que destacar uno de ellos, pues aspiraba a ser la estrella que brillara en este festival y, no se apagó. Concierto Lírico de la mano de una de las sopranos mejor consideradas del panorama operístico europeo, y un barítono excepcional, que coincide ser el marido, Anna Netrebko y Erwin Schortt. Guiados por la orquesta rusa y la mano de Spiviakov.
Rusalka(Canción a la Luna) Antonín Dvorak.
Tras un serie de actos de óperas muy famosas y conocidas por el general del público, dieron muestra de sus dotes líricas así como las interpretativas y expresivas. Además, hicieron manifiesto su amor, que aunque la interpretación lo exigiera no dejaron de quererse tras las puertas que separaban el escenario del backstage.
El barítono, que interpretó papel de bajo en el concierto, dio gracias por la nacionalidad española que hacía poco tiempo había conseguido, y regaló un tango bajo la sombra de un acordeón triste y melodioso, Rojo Tango.
La gran interpretación,las magníficas voces, así como el juego que se dio entre el escenario y el patio de butacas, hizo que se creara un ambiente cómodo y único para acabar con las Bodas de Luis Alonso de Sarragoiti, que sería la cuarta obra propina.
Un placer para todos los sentidos.
A seguir disfrutando del festival, que este año pasa por todas las islas, incluyendo las menores, y en el que participan alumnos de los conservatorios de Las Palmas y Tenerife, abriéndose cada vez más al conjunto de la ciudadanía.
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